Diabetes Tipo 2 y Actividad Física


La Diabetes Mellitus Tipo 2 (DMT2) es una patología que se reporta en todo el mundo y genera una considerable morbimortalidad. Sus medidas epidemiológicas de frecuencia han aumentado globalmente en las últimas décadas y si no se toman medidas urgentes el problema crecerá con consecuencias para las personas, el sistema de salud y los factores socioeconómicos de los países.
El especialista que prescribe el ejercicio debería ser un estudioso de la Diabetes, conocer y estar actualizado en el manejo global de la enfermedad. Los tres pilares del tratamiento son el ejercicio, la dieta y los medicamentos en caso necesario. En síntesis, el óptimo control de diabético debe cumplir con los siguientes parámetros: glicemia preprandial: 70-130 mg/dL, glicemia posprandial 2 horas: ≤ 180 mg/dL, Presión arterial <130/80 mmHg, LDL <100 mg/dL o 40 mg/dL hombres y >50 mg/dL mujeres, TG <150mg/dL. Actualmente, existe evidencia suficiente de los efectos positivos del ejercicio regular en la patogénesis, síntomas específicos, parámetros de control, “fitness” y calidad de vida de los pacientes con Diabetes Mellitus tipo II.

El ejercicio físico y la diabetes tipo II

Kunik (2004) afirma en su estudio que la actividad física realizada por los pacientes diabéticos, les suma beneficios a los producidos por la medicación específica. En el tratamiento de la diabetes del adulto tipo II se utilizan agentes antidiabéticos orales y se tiende a la facilitar un descenso del peso. Si a este tratamiento se le suma la realización de actividad física regular, se obtendrá como resultado la mejoría en los niveles de glucemia y el descenso de la hemoglobina glucosilada. El ejercicio, en estos pacientes, mejora la tolerancia a la glucosa y la respuesta insulínica a la ingestión de glucosa, mejorando también la sensibilidad periférica y hepática a la insulina.
Investigaciones arrojan que el ejercicio físico regular ofrece una intervención terapéutica eficaz para mejorar la acción de la insulina en el músculo esquelético en individuos insulino-resistentes. El ejercicio físico reduce perceptiblemente el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, mejorando la tolerancia de la glucosa y la acción de la insulina en individuos predispuestos a desarrollar diabetes tipo II.
Estudios de cohorte han mostrado que los altos niveles de aptitud aerobia o de actividad física, se relacionan con una disminución de la mortalidad cardiovascular, mucho mayor de lo que podría explicarse solo por la disminución de los niveles de glucemia. En personas con Diabetes Mellitus tipo 2, el síndrome de resistencia a la insulina continúa siendo un factor de riesgo importante para la enfermedad coronaria prematura, particularmente cuando concomitan con hipertensión arterial, hiperinsulinemia, obesidad central y otras anormalidades metabólicas.
La adaptabilidad aerobia disminuida en el diabético, se asocia a muchos de los factores de riesgo cardiovascular. La mejora de estos factores de riesgo se ha asociado con la disminución en los niveles de insulina en el plasma, y es probable que los efectos beneficiosos de la actividad física en el riesgo cardiovascular estén relacionados con la mejoría de la sensibilidad a la insulina. La hipertensión arterial está asociada a la resistencia a la acción de la insulina en los tejidos periféricos. Los efectos de la actividad física en la reducción de la presión arterial han sido demostrados.
La actividad física regular suele ser efectiva en reducir niveles de triglicéridos y las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL). Sin embargo, sus efectos en cuanto a los niveles de LDL no han estado documentados de manera consistente. Con una excepción principal, la mayoría de los estudios no han podido demostrar una mejora significativa en niveles de HDL-colesterol en personas con DM tipo 2, quizá por las intensidades relativamente modestas de ejercicio utilizados.
De interés particular resulta la actividad física encaminada a la pérdida de grasa intraabdominal, incluso sin pérdida de peso, si se tiene en consideración su estrecha asociación con anormalidades metabólicas y aumento del riesgo cardiovascular.

Resumen: Existe una serie de factores de riesgo coronario que pueden mejorar significativamente con la práctica sistemática de ejercicio físico. Por lo tanto, la actividad física debe estar incluida en todo programa de prevención de afecciones cardiovasculares, así como de otras enfermedades crónicas, principalmente en la Diabetes Mellitus tipo 2.

¿Cuánto es suficiente?

La cantidad de tiempo que dedique al ejercicio dependerá del tipo de actividad que elija y de si necesita bajar de peso.

  • Ejercicios de intensidad moderada: Se recomienda realizar al menos 30 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada, como una caminata a paso vivo o natación. Esto puede dividirse en dos sesiones de 15 minutos o tres de 10. Para alcanzar un nivel de actividad física de intensidad moderada, debe notar un incremento en el ritmo cardíaco y en el ritmo de la respiración, y tal vez una transpiración ligera. Si le falta el aire y no puede hablar, probablemente esté esforzándose demasiado. Si está intentando bajar de peso, tal vez necesite apuntar a entre 60 y 90 minutos diarios. Esto dependerá de cuán activo sea actualmente y de otras cosas, como la alimentación.
  • Ejercicios de intensidad vigorosa: Como una alternativa a los ejercicios de intensidad moderada, se pueden realizar tres sesiones semanales de 20 minutos cada una de ejercicios de intensidad vigorosa como trotar, correr, tomar clases de aeróbicos o realizar sesiones vigorosas de jardinería.
  • Entrenamiento de fuerza: Es ideal incluir entrenamiento de fuerza dos veces a la semana, además de los ejercicios de intensidad moderada o vigorosa. Puede realizar entre 8 y 10 ejercicios diferentes y usar todos los grupos musculares importantes. Repita cada ejercicio entre 8 y 12 veces, y haga dos tandas de cada ejercicio. Levante un peso que tolere entre 8 y 12 veces, pero que se le dificulte levantar en las últimas repeticiones. Las actividades de entrenamiento de fuerza incluyen ejercicios con el peso corporal, como flexiones de pecho contra la pared o sentarse y levantarse de una silla, ejercicios con máquinas y ejercicios con pesas libres, como levantar mancuernas. Si no está seguro de cómo realizar un entrenamiento de fuerza de manera segura, consulte a un fisiólogo del ejercicio, a un fisioterapeuta o a otro profesional de la salud de un área relacionada.

Resumen: Existen diferentes niveles de intensidad de ejercicio, que van a depender de tus objetivos (pérdida de peso, control de glicemia, etc.), y que puedes escoger según tus capacidades, sin embargo, es importante que siempre consultes con tu médico, quién según tu estado de salud actual, puede recomendarte los ejercicios más adecuados.

¿Cómo lograr realizar actividad física de manera exitosa si tengo Diabetes Mellitus tipo II?

• Establezca objetivos para mantenerse motivado y, cuando los alcance, prémiese
• Para las primeras sesiones, es una buena idea controlar su nivel de glucosa en sangre antes, durante y después del ejercicio, sobre todo si está en tratamiento con insulina o con ciertas tabletas para la diabetes que pueden bajar los niveles de glucosa en sangre. Siempre lleve consigo glucosa de absorción rápida, como caramelos de goma o tabletas de glucosa, por si sus niveles de glucosa en sangre bajan demasiado.
• Utilice calzado deportivo cerrado, de buena calidad y calce.
• Comience lentamente y aumente la duración y el ritmo de manera gradual con cada sesión.
• Intente hacer las sesiones de actividad física en horarios regulares y días establecidos de antemano.
• No haga actividad física si no se siente bien.
• No se deshidrate. Beba suficiente agua para evitar tener sed, y recuerde que necesitará un poco más de agua de lo normal cuando haga actividad física.
•Tome pausas breves cuando haga actividad física por períodos prolongados.
• Lleve una identificación que diga que tiene diabetes.
• Hacer actividad física con un amigo o familiar, o con un grupo regular, puede ayudarle a mantenerse motivado y es más divertido.
• Utilice ropa cómoda, protector solar y protéjase la cabeza.

¿En qué momento debo dejar de realizar actividad física si tengo Diabetes Mellitus tipo II?

• Deténgase y descanse si siente dolor abdominal, en el cuello o en el brazo, rigidez o incluso una ligera incomodidad.
• Deténgase y descanse si siente que le falta el aire, si se siente débil o aturdido, o si tiene otro síntoma inusual durante el ejercicio. Estos síntomas pueden ser indicio de un problema cardíaco que requiere tratamiento urgente. Si los síntomas, ya sean estos u otros, no se alivian en 10 minutos, es NECESARIO llamar a una ambulancia que lo lleve al departamento de emergencias del hospital más cercano de inmediato. Si los síntomas se alivian en menos de 10 minutos, visite a su médico lo antes posible para que lo examine. Debe consultar al médico antes de reanudar los ejercicios.
• Si tiene dolor en las piernas, interrumpa el ejercicio hasta que se le pase y luego reanude la actividad física. Asegúrese de informarle al médico sobre el dolor de piernas. Gradualmente, debería poder hacer ejercicio por más tiempo sin sufrir dolor, pero es posible que sea necesario un tratamiento.
• Si tiene síntomas de hipoglucemia (hipo), controle sus niveles de glucosa en sangre y trate esta afección. Aguarde entre 10 y 15 minutos, vuelva a controlarse y consuma algún carbohidrato de acción prolongada como un sándwich, un vaso de leche o dos bizcochos. No reanude el ejercicio hasta que hayan desaparecido todos los síntomas.

¿Existe una hora perfecta para hacer ejercicio si tengo Diabetes Mellitus tipo II?

  • Durante el día
    Cualquier momento en donde pueda mover su cuerpo, como por ejemplo un paseo de 20 minutos en la mañana o por la noche, es bueno. Moverse es bueno para usted y para su diabetes, por lo tanto, cualquier hora es buena, si usted lo tolera.
  • En la mañana:
    A algunas personas les gusta levantarse y comenzar el día con mucha energía. Y este puede ser un buen momento para hacer ejercicio para combatir, en algunos, los niveles de glucosa en la sangre más altos del día. Mientras que duerme, el cuerpo normalmente mantiene los niveles de glucosa por medio de la producción de hormonas que le indican a su hígado que libere glucosa.
    El cuerpo con diabetes, a menudo necesita ayuda de la insulina u otros medicamentos para la diabetes para asegurarse de que el hígado no produzca demasiada glucosa, lo cual resulta en un aumento de la glucosa durante la noche y al despertar por la mañana. Además, el fenómeno del amanecer que se cree que es el resultado de un aumento normal de las hormonas que el cuerpo produce para iniciar el día, también pueden aumentar los niveles de glucosa.
  • Antes de las comidas
    Hacer ejercicio antes de comer es una manera excelente de incorporar un poco de ejercicio. Aunque tal vez no vea un gran bajón de glucosa en la sangre como otras veces en el día, todavía sigue siendo bueno para su cuerpo.
  • Después de la comida
    Hacer ejercicio aumenta la sensibilidad de su cuerpo a la insulina, esto facilita que la insulina transporte glucosa a las células para que la usen. Por eso, hacer ejercicio después de su comida es una buena forma de “usar al máximo” el exceso de glucosa que hay después de comer.
  • En la noche:
    Cualquier ejercicio, no importa el tiempo del día, es una buena idea. Pero es importante destacar que hacer ejercicio durante la noche puede interferir con su sueño, y esto puede afectar su diabetes. La División de Medicina del Sueño de la escuela de Medicina de la Universidad de Harvard dice que el cuerpo secreta la hormona de estrés cortisol durante el ejercicio. Esto activa en su cerebro el “sistema de alerta”. Si usted quiere descansar bien durante la noche, asegúrese de terminar su ejercicio tres horas antes de ir a dormir.

Resumen: No existe realmente una hora perfecta para hacer actividad física. Escoja una hora que le funcione a usted y hágalo, siempre y cuando ni la intensidad, ni el horario impacte negativamente en su salud. El ejercicio es la punta del iceberg en el tratamiento de las personas con diabetes mellitus tipo 2, por lo tanto, es totalmente necesario incorporarlo en su rutina diaria.